Si eres abogado penalista, se honesto con el cliente, no lo sometas innecesariamente a un inacabable proceso.
“Siento que mi vida tiene una fecha de caducidad”. Esas fueron las primeras palabras de un cliente en una consulta que tuve hace unos días.
Resulta que mi cliente había presentado un falso certificado de estudios de
maestría para postular a una institución pública. El cliente, fue descubierto por su institución y a los meses fue notificado a su domicilio con una disposición fiscal que daba inicio a las diligencias preliminares.
Sabemos como abogados, que esta disposición contiene no solo el hecho denunciado, sino también el artículo del Código Penal que sanciona con
pena de cárcel esta conducta. Un delito de falsificación de documentos tiene
una pena de 2 a 10 años. Mi cliente cuando llegó al Estudio y mientras me
contaba su caso, se imaginaba el peor escenario, uno donde dejaba en la
orfandad económica a su esposa y a su pequeño hijo de 2 años. El ya se
imaginaba que vería a su hijo adolescente.
Una vez que me contó a detalle su caso, le expliqué que por la pena y atendiendo a que no tenía antecedentes penales ni judiciales, lo mejor era irnos por la vía del principio de oportunidad, pues era más que evidente que el presunto certificado era falsificado, y plantearle una defensa de inocencia por estos hechos, era imposible.
El cliente nos confió su caso, hicimos la revisión de la carpeta fiscal, confirmamos que efectivamente la universidad y la SUNEDU habían informado al Ministerio Público que nuestro defendido no tenía este grado de magister.
Previa asesoría nuestra de lo que tenía que decir en su declaración, nuestro cliente confesó el hecho, mostró arrepentimiento e inmediatamente solicitamos el Principio de Oportunidad, y en menos de un mes culminamos su caso, solo con el pago de una mínima reparación, sin ningún antecedente penal.
Les comparto este caso de éxito, pues como abogados, nos debemos a nuestros clientes y en consecuencia debemos actuar con honestidad y ética con ellos.
Finalmente, un mensaje para nuestros colegas: si sabes que es un caso imposible de poder ganar, no le alargues su sufrimiento a tu cliente, no le vendas falsas esperanzas que son imposibles jurídicos, pues detrás de tu cliente, está su proyecto de vida y principalmente su familia, no te aproveches de la ignorancia legal de tu cliente para buscar lucrar, pues cliente que está satisfecho con tu trabajo, te recordará siempre con cariño y te recomendará como profesional.
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